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Desde hace siglos, miles de peregrinos recorren el Camino de Santiago cada año con el sueño de llegar a la capital de Galicia y entrar en su Catedral.
La tradición dice que en este monumento están enterrados los restos del apóstol Santiago que fueron descubiertos en el siglo IX.
La plaza del Obradoiro es el lugar de la ciudad en torno al que se realiza gran parte de la vida, donde se levantan la Catedral, el Palacio de Raxoi o el lujoso Hostal de los Reyes Católicos, del que se ha llegado a decir que es el hotel más antiguo del mundo.
En la misma plaza es fácil ver peregrinos ataviados con sus bastones y conchas.
Podemos conocer la Catedral: contemplar el Pórtico de la Gloria, dar un abrazo a la figura de Santiago en el Altar Mayor, bajar a la cripta, subir a las cubiertas de la catedral con impresionantes vistas y ver el botafumeiro en funcionamiento, ya que sólo se balancea en algunos festivos.
En los alrededores los paseos sirven para el descubrimiento de plazas llenas de encanto como la de Praterías con vista a Berenguela o campanario o la de Quintana con su bonita escalinata y otros monumentos como el imponente Monasterio de San Martiño Pinario.
Desde el tranquilo parque de la Alameda y el mirador de Monte do Gozo podemos admirar también la Catedral.
Declaración
Su centro histórico ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO
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