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La fundaron los antiguos romanos y aún conserva diversos vestigios de las diferentes culturas que la ocuparon posteriormente.
La arquitectura de la ciudad monumental, como se conoce al casco antiguo, es una mezcla de estilo gótico y renacentista, con calles medievales adoquinadas, y casas y palacios fortificados.
Está rodeada por una muralla morisca del siglo XII y tiene alrededor de 30 torres, algunas de ellas con nidos de cigüeña
Cáceres ha evolucionado desde la época romana a lo largo de los siglos, marcada por su topografía. Rica en materiales, como el granito, que fue utilizado por los romanos para levantar sus murallas.
La época romana queda muy lejos y, en todos estos siglos, la ciudad ha crecido mucho. El espacio intramuros no daba de sí y poco a poco se fueron construyendo viviendas y monumentos fuera de la muralla.
Así, desde el siglo XVI vimos nacer edificios ahora emblemáticos como el palacio del Duque de Abrantes, el palacio de Roco Godoy y el Hospital de la Piedad.
La expansión de la ciudad trajo consigo un cambio importante. La Plazuela de Santa María dejaba de ser el centro donde se desarrollaba la vida comercial. Le sustituye desde el s. XV La Plaza Mayor, de obligada visita lo mismo que otros destinos clave como el aljibe, ubicado en el sótano del Palacio de las Veletas, actualmente uno de los principales museos de la provincia.
Estos y otros muchísimos rincones de la ciudad llevaron a que Cáceres fuese declarada Monumento Nacional en 1949, Tercer Conjunto Monumental de Europa y Ciudad Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1986.
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