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Si no fuera por los turistas, en San Gimignano por su ambiente y construcciones, te trasladarías a la época medieval.
Los orígenes de San Gimignano se remontan al siglo XII, debido a encontrarse en el camino a Roma.
Es un pequeño pueblo rodeado por una muralla, con estrechas calles peatonales. Pasear por la Vía Diacceto es una delicia, admira las casas y rincones del pueblo. En la calle central se suceden palacetes y las tiendas de artesanía.
El pueblo tiene dos plazas centrales, la del Duomo y Cisterna. En ellas encontrarás la mayoría de las 13 torres, rascacielos medievales. Fueron construidas cada cual más alta, pues ese era el objetivo de las familias rivales que las fueron levantando durante los siglos XII y XIII.
En la plaza del Duomo está la Colegiata románica del siglo XII y el Palacio del Popolo, antiguo ayuntamiento de 1288. Hoy alberga el Museo Cívico, donde puedes subir a lo alto de la única torre abierta al público.
La contigua la plaza de la Cisterna es el verdadero centro neurálgico de San Gimignano, donde se encuentra el pozo que la da nombre.
No dejes de acercarte al mirador de la Toscana de San Gimignano. Se encuentra detrás de la plaza de la Cisterna, desde donde tienes unas excelentes vistas panorámicas de los paisajes de esta bella región.
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