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Pocos nos fijamos en Faro cuando viajamos al Algarve. Vemos el inmenso litoral al Atlántico desde Lagos a Tavira... pero Faro tiene gran interés por méritos propios.
Faro tiene sus playas como la que bordea la ilha de Faro, de casi 5 kilómetros de longitud.
Te puedes bañar en una isla que tiene a la vez playa de mar y de ría. Es la isla de Culatra, intedrada en el Parque Natural de la Ría Formosa, a la que deberás acceder en barco.
En el interior de la Iglesia Nossa Senhora do Carmo se construyó a principios del siglo XIX con los huesos exhumados de monjes carmelitas en un momento en el que no había más capacidad en el cementerio de la ciudad. Más de 1200 calaveras se encajan esbozando formas geométricas que parecen vigilar lo que sucede en el interior de la capilla, poniendo los pelos de punta a más de un visitante.
El centro histórico medieval de Faro, se conoce como Vila Adentro o Cidade Velha y está dentro de la muralla medieval que se destruyó en gran parte con el terremoto de 1755 y que aún conserva las torres bizantinas o la puerta árabe.
Las calles, estrechas y empedradas te conducen a través del gran patrimonio cultural y artístico de la ciudad que pasa por la Catedral del Sé de estilo gótico y el convento de Nuestra Señora de la Asunción, del siglo XVI, que alberga en su interior el Museo de Faro, lugar donde se exponen parte del legado que queda de la cultura romana.
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