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Malinas es una pequeña joya que llegó a a ser capital de Flandes, aunque por muy poco tiempo. Su esplendor no tiene nada que envidiar a otras conocidad ciudades como Brujas o Gante.En un paseo de no más de unas unas horas, verás los grandes palacios, canales, casas de ladrillos rojos y fastuosas iglesias . Y para colmo es, también, la cuna de una de las más grandes cervezas belgas.El lugar central de la ciudad, desde donde se va y se viene para ir conociendo el resto del centro histórico, es la Grote Markt o antigua Plaza del Mercado con grandes monumentos: como la Catedral de San Rumoldo, una maravilla gótica del siglo XIII coronada por un campanario de 96 m. y muy cerca, el imponente Ayuntamiento de Malinas.La calle Hoogstraat se interna en el casco viejo, llegando al cauce del Dijle, donde se encuentra otra de las joyas medievales de malinas: el Grootbrug o el puente de piedra más antiguo de todo Flandes (siglo XIII) y a su lado esta el Vismarkt, antiguo Mercado del Pescado que ahora ocupado por terrazas de bares y cervecerías.Malinas es una ciudad de aspecto muy cambiante del día a la noche, debido a que conserva la iluminación cálida de estas viejas ciudades.
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