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La ciudad de Saint-Lizier, fue sede de un antiguo obispado con importante patrimonio religioso y esta incluida entre los pueblos más bellos de Francia.En el centro destaca el campanario octagonal de estilo gótico tolosano de la catedral de San Licerio (siglos XI-XV) y en lo más alto se eleva el antiguo palacio de los Obispos, que data del s. XVII y que alberga un interesante museo de arte y tradiciones populares.Recorrer sus callejuelas empedradas bordeadas por casas antiguas, donde te sorprenderán los gatos en cualquier rincón, resulta de los más encantador.En lo alto destaca en lo alto el Palacio Episcopal, que fue residencia de obispos y al desaparecer el obispado, pasó por diferentes usos como prisión, cabildo, incluso manicomio y finalmente rehabilitado para albergar el museo departamental de Ariège.Junto al palacio episcopal se encuentra la catedral de Notre Dame de la Sède, sede del antiguo obispado, a pesar de su pequeño tamaño. Las pinturas de su interior datan del siglo XII, destacando las del techo, que aparecieron en el año 1992 cuando se restauró el coro y se descubrieron magníficos murales realizados en ocre, carboncillo y cal.
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