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El Monte Saint-Michel es famoso por dos cosas; su situación en un islote rocoso coronado por una majestuosa abadía y estar rodeado por una maravillosa bahía con las mayores mareas de Europa, de hasta 15m de diferencia entre alta y baja mar.Este es el mejor final posible a nuestra ruta por la Bretaña francesa, que aunque hoy pertenece a Normandía, aún hay ciertas discusiones entre ambas regiones por su posesión, ya que es frontera entre ambas.Declarado desde 1979 como Patrimonio Mundial de la Humanidad de la UNESCO, fue uno de los primeros en obtener esta declaración. Además es es uno de los sitios turísticos más concurridos de Francia, con unos 5 millones de visitantes cada año.La Abadía del Mont Saint-Michel es uno de los más extraordinarios edificios de la arquitectura religiosa. Fundado por el obispo de Avranches hacia 708, después de tres apariciones sucesivas del arcángel San Miguel. El dominio visual de la bahía y la inmensidad de la abadía es una visita imprescindible.Los aparcamientos están situados a 2,5 kilómetros del Monte Saint-Michel, incluido uno para autocaravanas donde puedes pernoctar. Desde aquí un servicio de lanzaderas, conocidas como las navettes, te acercarán al monte; aunque te recomiendo hacer el paseo en bicicleta o a pié para disfrutar mejor de la bahía y las vistas del propio Monte Saint-Michel..
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